Esplendor en la hierba

hierba13.0 Esplendor en la hierba

martes, junio 13, 2006

Los que me conocen bien saben que esta película se encuentra entre mis cinco favoritas de todos los tiempos, y lo saben sobre todo porque repito sin descanso escenas o frases de la misma. Y repito muchísimo el maravilloso poema de Wordsworth, que reproduciré al final del presente post.

Está dirigida por el polémico y ultra-conservador Elia Kazan, lamentablemente famoso por su papel en «La Caza de Brujas». Pese a ello (estamos valorándolo como director de cine) en sus películas no se deja translucir sobremanera su ideología, y cuenta con un buen puñado de obras maestras: «Un tranvía llamado deseo», «La ley del silencio», «Al este del edén»…

La película cuenta la hstoria de amor entre Bud (un debutante Warren Beaty) y Dennie (una ya famosa Natalie Wood, que está mpresionante en este filme, por el que fue nominada al Oscar), tieniendo como telón de fondo la crisis del 29. Recupera temas clásicos, como la diferencia de clases, el amor adolescente, la decencia, el cambio generacional, la pérdida de la juventud… y los pone al día (de aquel 1961 en que fue producida). Y lo hace Kazan de una forma magistral.

El filme está cargado de poesía y lirismo (además de que sea un poema el que da título y sentido a toda la película), y hay incontables escenas (sobre todo de Natalie Wood) en las que se nos pone un nudo en la garganta. También hay incontables momentos en los que nos podemos sentir absolutamente identificados con los personajes, y es ahí donde reside la magia de la historia.

El guión de William Inge es sencillamente magistral, y recibió un más que merecido Oscar por él. Realmente si esta película es lo que es y lo que será en el futuro se debe al formidable guión.

No deseo desvelar nada, pero el final es maravilloso, realista, lírico y trágico a más no poder. Inolvidable…

Os dejo con el prometido poema de Wordsworth, que una nerviosa y melancólica Natalie Wood lee en voz alta en clase, antes de romper a llorar:

Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores, no hay que afligirse.
Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo…..

Los que me conocen bien saben que esta película se encuentra entre mis cinco favoritas de todos los tiempos, y lo saben sobre todo porque repito sin descanso escenas o frases de la misma. Y repito muchísimo el maravilloso poema de Wordsworth, que reproduciré al final del presente post.

Está dirigida por el polémico y ultra-conservador Elia Kazan, lamentablemente famoso por su papel en «La Caza de Brujas». Pese a ello (estamos valorándolo como director de cine) en sus películas no se deja translucir sobremanera su ideología, y cuenta con un buen puñado de obras maestras: «Un tranvía llamado deseo», «La ley del silencio», «Al este del edén»…

La película cuenta la hstoria de amor entre Bud (un debutante Warren Beaty) y Dennie (una ya famosa Natalie Wood, que está mpresionante en este filme, por el que fue nominada al Oscar), tieniendo como telón de fondo la crisis del 29. Recupera temas clásicos, como la diferencia de clases, el amor adolescente, la decencia, el cambio generacional, la pérdida de la juventud… y los pone al día (de aquel 1961 en que fue producida). Y lo hace Kazan de una forma magistral.

El filme está cargado de poesía y lirismo (además de que sea un poema el que da título y sentido a toda la película), y hay incontables escenas (sobre todo de Natalie Wood) en las que se nos pone un nudo en la garganta. También hay incontables momentos en los que nos podemos sentir absolutamente identificados con los personajes, y es ahí donde reside la magia de la historia.

El guión de William Inge es sencillamente magistral, y recibió un más que merecido Oscar por él. Realmente si esta película es lo que es y lo que será en el futuro se debe al formidable guión.

No deseo desvelar nada, pero el final es maravilloso, realista, lírico y trágico a más no poder. Inolvidable…

Os dejo con el prometido poema de Wordsworth, que una nerviosa y melancólica Natalie Wood lee en voz alta en clase, antes de romper a llorar:

Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.
Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores, no hay que afligirse.
Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo…..

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